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Arquitectos: Garmendia Cordero Arquitectos
- Área: 240 m²
- Año: 2020
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Proveedores: Ondarreta
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Lo vivido este año 2020 ha dejado, entre muchas otras cosas, numerosas puertas abiertas en lo que a las necesidades espaciales de las viviendas se refiere. Han quedado al descubierto las carencias predominantes en el parque inmobiliario actual y, como consecuencia inmediata, se ha generado la oportunidad de iniciar un debate más que necesario en relación al esquema predominante de la vivienda.
Si bien los inicios de este proyecto son anteriores a la pandemia, en él se plantean disyuntivas que deberían formar parte de este debate, al menos en su punto de partida. Este encargo suponía la segregación de un espacio destinado a oficinas y el posterior encaje de dos nuevas viviendas en él. Con un espacio amplio de más de 200 m² prácticamente diáfano y relativamente regular en su planta, se decidió utilizar un único concepto de diseño para resolver ambas mitades.
La actuación ejecutada buscaba, por encima de otros intereses, dos objetivos: llevar la luz natural existente gracias a una fachada principal de grandes ventanales a toda la vivienda y generar una distribución final polivalente y adaptable a las necesidades de los habitantes.
Con el fin último de alcanzar estas dos metas, se planteó una intervención mínima creando un gran mueble de madera que organizase la vivienda. Un mueble tallado y vaciado de tal manera que, además de albergar varios usos, permitiera la conexión visual y funcional de todas las estancias resultantes, las cuales giran en torno a él.
Este gran mueble centraliza los usos más difícilmente modificables de cocina y baño y permite que el resto de la vivienda sea perfectamente intercambiable en su utilización. Gracias a su ubicación en planta y a su composición en sección, genera una serie de espacios iluminados de distinta escala y proporción cuya propia concepción escapa a la habitual tendencia de “etiquetar” habitáculos y acotar así el uso que puedan llegar a tener.
Se busca un espacio donde prácticamente la totalidad de los usos sea intercambiable entre sí o, directamente, suprimido o implementado. Una vivienda que pueda adaptarse, que pueda evolucionar o recular, que se aleje de estereotipos preconcebidos para así poder hacer frente a múltiples situaciones, que pueda responder a todo aquel requerimiento que aparezca, por extraordinario que llegue a ser.
Una vivienda que, eliminando corsés pasados y ya invalidados, cuente con un abanico de alternativas habitables a disposición del ocupante, que huya de convencionalismos y jerarquías que limitan por norma general a las viviendas más clásicas y rígidas y busque ofrecer nuevos escenarios.